Llegó al Deportivo pasado de kilos en enero; su imagen, vista de perfil, cuando debutó ante el Sabadell a principios de febrero, fue objeto de mofa, pero el costamarfileño Ibrahim Sissoko, sometido a un régimen estricto y a un plan de trabajo intenso, ha conseguido perder kilos y recuperar fútbol.
El centrocampista fue incorporado por el club coruñés cedido hasta final de temporada por el Wolfsburgo alemán después de haber perdido la forma en el Saint Etienne francés durante primeros meses del curso, en los que tuvo problemas con su entrenador, que le puso en cuatro encuentros de liga.
Al llegar a A Coruña y ser presentado por el club se veía que llegaba pasado de kilos, aunque su técnico tampoco le veía "tan mal": "Una cosa es su peso, pero es un futbolista explosivo, rápido, que se pone en forma rápido y haremos un plan especial de un mes", comentó a finales de enero, horas antes de darle la alternativa en la Liga española.Vázquez afirmó entonces que le parecía que el centrocampista iba a "ayudar al equipo" con su "calidad" y comenzó a buscar las causas de su declive.
Pero su calidad se apreció el pasado sábado ante el filial del Barcelona B.
Salió en la segunda mitad y refrescó el ataque del Deportivo con pases sencillos pero certeros y amagos eficaces, vistosos incluso, que despertaron los elogios de Riazor después de haber silbado a su equipo en la primera parte. Fernando Vázquez ahora medita darle la titularidad.
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